Romanos 8:28-29.
28 Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Nuestra sociedad en general en la
actualidad, ha marcado distancia del Plan Perfecto de Dios, para el ser humano.
La ciencia, la tecnología, la riqueza, la política, movimientos sociales, las
tendencias, los liderazgos, el mercantilismo, estilo de vida y todo lo que
define nuestro estilo de vida, ha proclamado su propio ideal de las cosas y sus
estándares con los cuales busca satisfacer sus apetitos carnales y morales.
Ya no se trata que el hombre busque un
equilibrio en sus acciones, que entienda la importancia de su vida espiritual y
un comportamiento agradable a Dios. Dios ha dejado de estar en el corazón y la
mente de todo ser humano; es rarísimo que las personas busquen el consejo de
parte de Dios para toma de cualquier decisión, es más los mismos cristianos ya
no confían en Él. Se ha perdido la comunión armoniosa y de sometimiento a un
ser especial, todo poderoso, lleno de bondad y amor.
El mensaje por el que muchos
entregaron sus vidas, despedazados por fieras en los circos romanos, ardiendo
como antorchas para iluminar los caminos y entregados al suplicio del hacha, espada
o la cruz; todo esto se ha dejado atrás y ahora parece ser algo inverosímil y
para el ser humano actual ya no tiene ningún significado. Han pasado apenas dos
mil años y tal pareciera que todo aquel avivamiento espiritual ha desaparecido
y ahora es como que se mencionara la época en la cual los dinosaurios corrían
desenfrenados por las mejores praderas de la tierra.
Ha quedado en el olvido el mensaje que
Dios entregó al hombre sobre su destino final, ante su desobediencia galopante.
La condenación del alma en el infierno por toda la eternidad, pareciera que se
tratase de una fábula o leyenda de lo más inverosímil. El destino celestial
para los creyentes ya no lo creen ni ellos mismos. Todo ha cambiado en un
frenesí delirante ante los dioses modernos del bienestar, las riquezas y de los
placeres carnales; los vacíos morales y espirituales ahora es posible llenarlos
con barbitúricos y toda surte de drogas. Si hace falta algo más la gente busca
ayuda de especialistas tales como líderes, consejeros, psicólogos, psiquiatras
y demás.
Todas las religiones (porque son
muchas) ahora van tras adeptos, para sacar de ellos ganancias económicas,
crearse un nombre, una reputación y ser grande entre los grandes. Las almas
ahora son alimentadas con liderazgos en el mejor de los casos, con falsa santidad
de frases rebuscadas, filosofía, con señalamientos de la competencia sin ver ni
quitar las vigas dentro de sus propios ojos; ciegos guías de ciegos, todos por
el mismo camino de perdición. Se han levantado nuevos apóstoles disque de
Jehová, profetas, sanadores y hombres ungidos. La vanidad de cada uno de ellos
compite con egos astronómicos que no se satisfacen con nada.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo,…. Más a todos los que le recibieron, a los que
creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;. Como esta
humanidad perversa, contumaz y rebelde ha desafiado al creador no solamente
volteando la espalda a su creador y amo, sino que también ahora proclama su
propia justicia, sus propias capacidades… y ahora todos sabemos lo arruinado
que camina este mundo, bajo la ambición de hombres impíos, capaces de someter a
muchos con las artimañas aprendidas del mismo satanás. Cuantos corren tras la
zanahoria, viviendo una ilusión en la cual no le alcanzan sus días sobre la
tierra y condenándose a sí mismos a una vida eterna de perdición.
Reflexiona
y vuelve al camino que Dios a trazado para sus hijos. Regresa al consejo divino
y procura tomar el camino que te lleve a la presencia de Dios.
¡¡Que
Dios te bendiga!!
VMP
No hay comentarios:
Publicar un comentario