jueves, 24 de mayo de 2012

LAS CUATRO LEYES ESPIRITUALES


PRIMERA LEY: Dios le ama y le ofrece un plan maravilloso para su vida. 

AMOR DE DIOS: Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 

EL PLAN DE DIOS: Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Dios le invita a una vida de abundancia. 


SEGUNDA LEY: El hombre es pecador y está separado de Dios, por lo tanto no puede conocer ni experimentar el amor y plan de Dios para su vida.

EL HOMBRE ES PECADOR:

Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

El hombre fue creado para tener compañerismo con Dios, pero debido a su voluntad terca y egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta voluntad egoísta, caracterizada por una actitud de rebelión activa o indiferencia pasiva, es una evidencia de lo que la Biblia llama pecado.
 
EL HOMBRE ESTÁ SEPARADO:
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
El hombre esta tratando continuamente de alcanzar a Dios para establecer una relación personal con Él a través de sus propios esfuerzos, tales como vivir una buena vida, filosofía o religión, pero siempre falla en su intento.


TERCERA LEY: JESUCRISTO ES LA ÚNICA PROVISIÓN DE DIOS PARA EL PECADO DEL HOMBRE. SÓLO A TRAVÉS DE ÉL PUEDE USTED CONOCER A DIOS PERSONALMENTE Y EXPERIMENTAR SU AMOR Y SU PLAN.

EL RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS:

1 Corintios 15:3-6: 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 


EL ÚNICO CAMINO A DIOS:

Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Dios ha tomado la iniciativa de cruzar el abismo que nos separa de Él, al enviar a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz en nuestro lugar para pagar el precio de nuestro pecado.

Pero no es suficiente conocer estas tres leyes, ni aún sólo aceptarlas intelectualmente…



CUARTA LEY: DEBEMOS INDIVIDUALMENTE RECIBIR A JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR, PARA PODER CONOCER Y EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS. 

DEBEMOS RECIBIR A CRISTO:

1 Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;


RECIBIMOS A CRISTO POR FE:

Efesios 2:8-9: 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.


CUANDO RECIBIMOS A CRISTO EXPERIMENTAMOS UN NUEVO NACIMIENTO:

Juan 3:1-8 Jesús y Nicodemo : 1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.


RECIBIMOS A CRISTO POR MEDIO DE UNA INVITACIÓN PERSONAL:


Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

El recibir a Cristo comprende un cambio de actitud hacia Dios, confiar en Cristo para que Él entre en nuestras vidas, perdone nuestros pecados y haga de nosotros la clase de personas que Él quiere que seamos. El solo aceptar intelectualmente que Jesucristo es el Hijo de Dios y que murió en la cruz por nosotros, no es suficiente. Ni tampoco, el tener una experiencia emocional. Recibimos a Cristo por fe, como un acto de la voluntad.





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